Comienza 2018, lo que quiere decir que las previsiones para la década de 2020 ya no son un ejercicio de futurismo sino el dibujo de un escenario que ya está próximo. En el sector siderúrgico, si la primera década del siglo XXI fue la de la incorporación de China al primer plano, la década en la que nos encontramos nos ha llevado a vivir una montaña rusa arrastrados por los desequilibrios del primer país asiático. Siendo así, ¿qué podemos esperar de la tercera?
Los analistas de POSRI, en su última edición del “Asian Steel Watch” https://www.posri.re.kr/eng/board/section_content/6869 han publicado su opinión sobre el futuro de la industria en aquel continente. En su pronóstico, el crecimiento de China se parecerá cada vez más al de un país de la OCDE que al rápido aumento del pasado. La producción de electrodomésticos se estima que apenas crecerá un 0,8% frente al 2,9% de India o ASEAN. Los astilleros, aún con la resaca de la caída de pedidos producida entre 2011 y 2016, crecerán en China a ritmo similar que en Corea o Japón. Y aunque en el automóvil se espera mayor subida que en estos dos últimos países, tampoco parece que vaya a subir al ritmo de India o ASEAN.
Con esta evolución de los sectores consumidores, la previsión de consumo de productos siderúrgicos planos muestra dos bloque distintos: India y ASEAN creciendo a una velocidad propia de países en desarrollo, y China evolucionando al mismo ritmo que Japón o Corea.
Por supuesto que este análisis también lo han hecho las autoridades chinas y con conclusiones similares. Su propósito por tanto es generar crecimiento alrededor del consumo ya que la inversión se moderará. La duda es cómo serán capaces de gestionar los retos de un país desarrollado con su política planificadora. Del éxito que tengan dependemos muchos y entre ellos está la industria siderúrgica.
“foto de portada, cortesía Worldsteel”