En el mar se llama «las tres marías» a grupos de tres olas mayores que las demás. Aunque estoy seguro de que a veces llegan cuatro y otras solo dos, cuando uno cuenta tres se ve reconfortado al comprobar que se cumplen las creencias populares. Nunca he oído hablar de nada parecido en economía, pero ahora parece que a las dos grandes olas de la crisis (las hipotecas y Lehman en Estados Unidos, y la crisis del euro) les sigue China.
China es el mayor proveedor mundial de ahorro. Eso ha provocado por una parte un exceso de inversión en el propio país, hasta el extremo insostenible de que casi la mitad del PIB venga generado por la inversión. Pero por otra parte ha generado un curioso efecto, una especie de «unión monetaria» con Estados Unidos, en la que los excedentes chinos se han invertido en dólares y han servido para financiar los potentes déficits norteamericanos. Su papel, a mayor escala, ha sido similar al del ahorro alemán financiando los déficits europeos, especialmente los del sur.
Es importante ser consciente de esto en el momento en que las bolsas chinas, después de doblar su valor en pocos meses, han perdido súbitamente un 30%, generando una intervención por parte de las autoridades para parar la caída. Ha quedado claro que en China también están dispuestos a hacer «whatever it takes» («lo que haga falta», la frase que acompañará a Mario Draghi por muchos años) para evitar el colapso. Y «whatever it takes» implicará tiempo y dinero para la recuperación del equilibrio en China. Por ejemplo, se acaba de saber que los bancos chinos, «animados» por su banco central, han aportado 209.000 millones de dólares para financiar la compra de acciones a crédito.
Desde el punto de vista financiero, probablemente China empiece a tener menos capacidad de inversión en las economías occidentales. Y este análisis puede estar pesando en la Reserva Federal. Al reducirse su financiación externa, ¿lanzará una nueva expansión cuantitativa (QE) o dejará subir los tipos de interés para conseguir financiación?
¿Cuál es la consecuencia para la industria? Los frentes se multiplican pidiendo apoyo: la bolsa, la banca en la sombra, los gobiernos locales… La capacidad del gobierno central para estimular la inversión real se va a ver cada vez más diluida, y la demanda interna va a crecer cada vez menos -si no baja-. Son nuevas señales que avisan del esfuerzo exportador, aún mayor, que van a hacer las empresas chinas en los próximos años. Estemos preparados.
Un comentario
Gracias por la traducción 😀