La producción de acero de abril cae por debajo del peor mes de la crisis financiera
Aunque todavía no contamos con todos los datos del mes, una primera estimación nos indica que el sector siderúrgico español ha producido en este abril algo menos de 680.000 toneladas. Se estima por tanto una caída del 48% en la producción de acero en relación a abril del año pasado.
Para poner esta cifra en contexto, la podemos comparar con los meses de julio o diciembre, en los que la actividad más se reduce habitualmente. En estos meses la producción suele quedar entre las 900.000 y el millón de toneladas. En la crisis financiera de 2008 el mes de menor producción se quedó en 725.000 toneladas.
La caída se produce en casi todos los tipos de producto, aunque es mayor en los destinados al sector del automóvil que, como sabemos, ha estado detenido durante prácticamente todo el mes de abril. No es tan grande la caída de los destinados a la construcción. De todos modos también se estima que veamos, cuando tengamos todos los datos, una cifra de productos largos un 30% ó 40% inferior a la de hace un año. Solo se mantiene la hojalata que se utiliza en la elaboración de envases y ha continuado en su ritmo habitual dado el mantenimiento de la producción en la industria de la alimentación.
Para las empresas siderúrgicas, cuyas inversiones alcanzan los cientos o miles de millones de euros, trabajar al 50% de su ritmo habitual es inasumible más allá de un par de meses. Se necesita que los sectores consumidores de acero vuelvan a su actividad previa al confinamiento, o bien mediante el fomento de su demanda privada, como en el caso del automóvil, o bien directamente mediante la actuación pública como en la construcción. Hay que tomar medidas ambiciosas de cara a los próximos años, pero también se pueden hacer actuaciones rápidas: muchos pliegos de licitación de obras en los distintos niveles de la Administración habrán quedado retrasados por el teletrabajo.
Tenemos que ser conscientes de la gravedad de la situación. El deterioro es tan grande que para volver a arrancar no basta con quitar las restricciones, hace falta empujar para poner de nuevo en marcha el sector industrial en general y la producción de acero en particular.