En julio pasado la Comisión Europea lanzó su propuesta de revisión del Esquema Europeo de Comercio de Emisiones a partir de 2020. El coste asociado para las industrias intensivas en energía, como el sector siderúrgico, no fue analizado. Ahora, la consultora independiente ECOFYS ha elaborado un estudio sobre el impacto de esta propuesta sobre la industria siderúrgica europea que revela que representaría un tremendo varapalo. Producir acero en Europa sería económicamente inviable. En el periodo 2021-2030 supondría la estratosférica cifra de 34.000 millones de euros, sin equivalencia en otros países productores de acero.
El estudio de ECOFYS concluye que el sector afrontaría un déficit de asignación del 31% para las emisiones directas en 2021, hasta llegar al 48% en 2030, lo que representa una media de déficit del 38% durante todo el periodo. Utilizando las estimaciones de la evolución de precios del derecho de CO2 estimado por expertos independientes, se ha calculado que esta situación comenzaría con un sobrecoste de unos 1.400 millones de euros en 2021, llegando a los 4.600 millones en 2030 para la producción de acero en Europa. El sobrecoste del esquema asociado a las emisiones directas acumulado para la industria siderúrgica durante todo el periodo 2021-2030 sería de 26.100 millones de euros.
Por otro lado, el sector se encuentra expuesto al coste indirecto del carbono, es decir, coste que las compañías eléctricas cargan a cada kWh lleve o no asociado coste de CO2. Esto supone 8.200 millones de euros adicionales. Los estados miembros tienen la posibilidad de compensar parcialmente a las empresas por este recargo, pero la situación es distinta en cada país, dándose el caso de que en España esta compensación es mínima y por ahora parece que seguirá así.
En definitiva, el coste total neto para el sector siderúrgico se traduce en unos 10 €/ tonelada de acero producido en 2021, ascendiendo a 28€/ tonelada en 2030. Este coste absorbe completamente el margen de beneficio del sector, hundiendo su rentabilidad e incluso su capacidad de acoger inversiones futuras, mina su competitividad, por lo que si se aprueba la propuesta de la Comisión tal y como está, producir acero en Europa sería económicamente inviable. La situación puede producir el desplazamiento de la producción a países donde emitir CO2 es prácticamente gratuito, como China e India, con cierres de fábricas y pérdida de empleo, lo que provocaría una nueva recesión económica en Europa de consecuencias incalculables.
Enlace al estudio de ECOFYS