El proceso de Sevilla es el procedimiento con el que la Comisión, con el apoyo de los Estados Miembros, la industria y otros agentes implicados, elabora los documentos BREF sobre Mejores Técnicas Disponibles (MTDs).
El proceso ha ido evolucionando en sus 22 años de existencia desde la publicación en 1996 de la primera Directiva IPPC de Prevención y Control Integrado de la Contaminación con su posterior revisión en 2010 la cual representó una importante vuelta de tuerca. El capítulo 5 de los BREF, que recogía los valores de emisión asociados a las MTDs, se transformaría en un instrumento con rango legal: las denominadas Conclusiones MTD. De ese modo, se pretendía que el proceso de Sevilla estableciera los estándares ambientales que debían cumplir de manera obligatoria las industrias en toda la Unión Europea. Con este objetivo y tras la publicación de la citada Directiva se comenzaron a revisar todos los BREF.
La pérdida de la flexibilidad que suponía este nuevo enfoque representó un cambio drástico para todos los sectores industriales. Desde ese momento, las empresas afrontarían el Proceso de Sevilla como un elemento clave en materia regulatoria, por lo que de su involucración y participación en el proceso dependería que se tuvieran en cuenta sus particularidades en materia ambiental.
El sector siderúrgico fue uno de los primeros en ver su BREF de producción de hierro y acero revisado. Lamentablemente, cuando se publicó la nueva Directiva, el proceso ya había comenzado y las negociaciones fueron complejas, dando como resultado un Documento de Conclusiones MTD con muchas discrepancias. Por poner un ejemplo, estos primeros BREFs, entre los que se encuentran el del acero, vidrio y cemento, han suscitado en toda Europa un número importante de derogaciones:
Fuente: Final report. Application of IED Article 15(4) derogations – AMEC Foster Wheeler (March 2018)
En 2017, la Comisión comenzó a revisar el BREF de Procesado de Metales Férreos, otro de los documentos fundamentales para el sector siderúrgico. En esta nueva etapa, el EIPPCB[1] de Sevilla está implementado una metodología aún más compleja, en la que están surgiendo diversas cuestiones de delicado tratamiento, entre las que se destacan:
- Recolección de datos. El desarrollo por parte del EIPPCB de un cuestionario muy complejo y detallado que pretende recopilar información no solo de las emisiones de los procesos y subprocesos, sino también de su rendimiento ambiental y uso de sustancias, ha dificultado mucho el proceso de recolección de datos y complicando aún más su posterior tratamiento.
- Transparencia: El intento de lograr una mayor transparencia del proceso ha chocado con una mayor injerencia de los temas de competencia y confidencialidad. Por otro lado, las presiones de ciertos grupos y su desconfianza, están entorpeciendo la comunicación entre los sectores industriales y las autoridades competentes, enrareciendo el clima de confianza mutua que debería rodear este proceso.
- Verificación: La nueva fase de verificación que deben llevar a cabo las Autoridades Competentes ha provocado grandes dificultades, incluso en algunos casos impidiendo la presentación de datos por falta de recursos. Por otro lado, desde cada Estado miembro el proceso de verificación se ha interpretado de manera distinta lo que ha llevado a situaciones de desequilibrio e incumplimiento de plazos.
Como conclusión, el Proceso de Sevilla es cada vez más un aspecto crucial para los sectores industriales; de su resultado dependerán en gran medida las inversiones que deban acometer las empresas en los siguientes años. El reto es importante, los BREF y las Conclusiones MTD deben aportar soluciones técnica y económicamente viables y que no mermen la competitividad de nuestra industria. La comunicación entre los agentes debe ser fluida y transparente promoviendo un análisis de alternativas razonable y consensuado. Solo así lograremos que las Conclusiones MTD sean una verdadera herramienta de referencia, útil tanto para la industria como para la administración.
[1] El European IPPC Bureau ubicado en Sevilla es el brazo técnico de la Comisión Europea encargado, entre otras labores, de elaborar y revisar los documentos BREF sobre Mejores Técnicas Disponibles. http://eippcb.jrc.ec.europa.eu/