2022 fue un año especialmente frenético para la actividad económica, marcado tanto por las tensiones geopolíticas como por la inflación generalizada que espoleó la escalada del precio de la energía. Como resultado, en la segunda mitad del año el comercio mundial ha perdido dinamismo, lo que ha tenido un impacto en las importaciones españolas de acero y primera transformación.
En 2022 se reducen ligeramente las importaciones de acero. Se han importado 9,8 millones de toneladas en total, lo que refleja un descenso del 2,5% en comparación con 2021. Esta cifra sin embargo es una de las más altas registradas en los últimos años, y supera incluso en medio millón de toneladas la media de los últimos 15 años (gráfico 1).
El descenso se debe al retroceso de los proveedores europeos. De la Unión Europea han procedido 5,6 millones de toneladas (-7,0%), una de las cifras más bajas de nuestra serie (gráfico 2). Esta tendencia se explica por la caída del suministro de proveedores tradicionales como Francia (-13,0%) e Italia (-3,9%).
Los extracomunitarios, por el contrario, consolidan la recuperación. Las importaciones de acero procedentes de esta región han crecido el 4,3% hasta casi 4,2 millones de toneladas, el valor más alto de los últimos 15 años. De hecho el peso de los proveedores terceros no ha dejado de crecer a costa de los socios comunitarios, alcanzando en 2022 el mayor peso de toda nuestra serie (43% del total).
Los socios asiáticos, los principales beneficiados. De esta región (incluyendo Oceanía) han llegado 2,5 millones de toneladas (30,8%), en gran medida gracias a los fuertes aumentos de Taiwán (28,4% hasta 526 kt), Japón (130,4% 406 kt), China (35,1% hasta 370 kt) y Corea del Sur (42,8% hasta 290 kt). Sin embargo, en la región extracomunitaria de Europa y en África se ha observado un descenso del 29,3% y del 14,2% respectivamente. Esta disminución se debe tanto al impacto de la guerra entre Ucrania (-65,4%) y Rusia (-36,2%), como al ajuste de las importaciones de Egipto (-19,4%) después de los altos niveles registrados el año anterior.
Descenso generalizado por productos. Más limitado en el caso del producto más importado, las bobinas laminadas en caliente, con casi 2,7 millones de toneladas (-1,9%), frente el segundo producto, las chapas recubiertas, con 1,9 millones de toneladas (-9,8%). En el otro lado de la balanza el corrugado y las chapas gruesas han subido respectivamente el 7,4 % y el 5,6%.
2022: caída de importaciones… ¿o sustitución de proveedores?
En 2022 los proveedores terceros han consolidado la recuperación iniciada en 2021 hasta alcanzar el nivel más alto de los últimos 15 años, a pesar de las medidas de salvaguardia y la debilidad de la demanda de acero en España. La intensa competencia internacional de los últimos años (desleal en ciertos casos) ha llevado a una mayor diversificación de proveedores, reduciendo así la concentración de los principales orígenes de las importaciones españolas de acero y primera transformación.
En cierta medida esta situación es resultado de la pérdida de competitividad que aún en 2023 está provocando el precio de la energía en los fabricantes europeos, el mismo problema que afronta la industria española desde hace años. El mundo pos-COVID 19 ha agravado esta situación, lo que hace aún más sorprendente la falta de ambición en la propuesta de mejora del mercado de la electricidad de la Comisión Europea: parece ser que la reforma integral que prometió von der Leyen sufrió un cortocircuito.