El año 2014 se ha llevado a nuestro antiguo colega y siempre amigo Javier Penacho, que llevaba un tiempo batallando contra una salud precaria, que no le ha impedido mantener la lúcida mirada sobre la realidad española, y muy en particular sobre la política industrial y el impacto que la política energética tiene en la competitividad de las empresas industriales españolas.
Javier era un gran conocedor de nuestra industria, a la que estuvo ligado desde el año 1970, primero en UNESID, posteriormente en Siderinsa y, de nuevo, a partir de 1996, otra vez en UNESID. Sus últimos años de actividad profesional los dedicó con gran brillantez a la dirección de AEGE, Asociación de grandes consumidores eléctricos, que contribuyó a impulsar desde Siderinsa y a la que estuvo ligado sin interrupción desde su constitución hasta su jubilación.
Sus aportaciones en el ámbito del diseño del esquema del servicio de interrumpibilidad, tan citado en estos últimos meses, y su impulso a los avances de la siderurgia en el proceso de normalización y certificación han contribuido a diseñar una industria moderna y competitiva que pudo afrontar – a diferencia de otras industrias españolas – los retos que trajo a nuestro país la integración en las Comunidades Europeas a mediados de los años ochenta.
Javier Penacho hizo gala de una gran generosidad cuando constató la necesidad de integrar el asociacionismo de la siderurgia, y derrochó su sabiduría en su última etapa profesional al frente de AEGE, desde donde enseñó y trabajó para convencer a propios y extraños de las ventajas del modelo español de gestión de la interrumpibilidad. Javier explicó mejor que nadie que este servicio contenía una doble ventaja: proporcionar a la industria electro-intensiva unos precios de la energía eléctrica que le permitan competir en los mercados internacionales y garantizar al mismo tiempo al conjunto de los ciudadanos un suministro eléctrico fiable que no habría sido posible sin este mecanismo.
Como nuestro país tiene una buena tradición de tratar bien a los difuntos, me gustaría que el último servicio que preste Javier a nuestra industria y a la sociedad española fuera que algunos responsables políticos y administrativos leyesen su última contribución al debate eléctrico, del pasado 1 de diciembre, de la que me permito incluir un enlace, encareciendo su lectura http://surl.me/3l9th
Descanse en paz.
Un comentario
Gran persona un profesional magnífico, no sabía que había fallecido lo tendré siempre en mí recuerdo