La nueva ley de Residuos y Suelos Contaminados busca redefinir las principales reglas de gestión de residuos integrando en ellas principios de economía circular.
Tras un largo periodo de enmiendas y trámites en el Congreso y el Senado, el pasado jueves 31 de marzo se aprobó finalmente el texto de la nueva Ley de Residuos y Suelos Contaminados, resultado de la revisión de los principales criterios en materia de gestión de residuos aprobados en 2011 y de la trasposición a la legislación española de la Directiva (UE) 2018/851 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, por la que se modifica la Directiva 2008/98/CE sobre los residuos, que revisa algunos artículos de la Directiva Marco de residuos y la Directiva 2019/904 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de junio de 2019., relativa a la reducción del impacto de determinados productos de plástico en el medio ambiente.
El largo proceso de revisión ha dado lugar a un texto que aborda principalmente el uso del plástivo y la necesidad de disminuir la cantidad de residuos enviados a vertedero / incineración. A continuación se resumen, muy brevemente, las principales novedades:
- Restricciones a los plásticos de un solo uso, promoviendo su desaparición gradual, definiendo un impuesto para los envases de plástico no reutilizables y fomentando el uso de materiales alternativos;
- Prevención de la generación de residuos, a través de objetivos de prevención más ambiciosos y una nueva fiscalidad ambiental;
- Aumento de la reutilización y reciclaje de residuos, estableciendo medidas para mejorar la recogida selectiva que favorezca la valorización de los residuos y promoción de materiales producidos a partir de residuos, entre otras medidas.
- Ampliación responsabilidad ampliada del productor, a través, entre otros, de la ampliación de los sectores incluidos bajo este marco y la regulación de la organización y financiación de la gestión de residuos;
- Revisión de los procedimientos de aprobación de expedientes de subproducto y fin de condición de residuo, habilitando la posibilidad de su desarrollo a nivel autonómico.
La nueva Ley incluye pocas novedades respecto al ámbito de suelos contaminados, más allá de un nuevo inventario estatal de descontaminaciones voluntarias de suelos contaminados.
Por todo lo mencionado hasta el momento, podríamos pensar que la nueva Ley de residuos sí pretende dar pie a una economía en el que la circularidad sea un principio embebido en el diseño de los diversos sistemas de materias que lo conforman. Creemos que la inclusión de varias de las novedades mencionadas anteriormente, actuarán como activadores de nuevas formas de diseñar, hacer, reutilizar/reciclar y eliminar, que a su vez harán factible este paradigma de la circularidad.
No obstante, tras un primer análisis de la propuesta, la valoración que desde el sector siderúrgico realizamos es que, conceptos tales como la reparabilidad, durabilidad y la obsolescencia no han sido recogidos lo suficiente para alcanzar una circularidad REAL de la economía. Debemos ser conscientes de que éstos son conceptos complejos de introducir en este tipo de textos, pero sin los cuales no se puede comprender la economía circular.