En Europa, no parecen correr buenos tiempos para un sector que durante décadas ha sido la locomotora de su desarrollo. No en vano, la siderurgia, junto con la minería del carbón fueron germen de la actual Unión Europea con la firma, hace 65 años, del tratado CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero).
En la Unión Europea sabemos hacer acero muy bien. Lo hacemos, sin duda, de muy alta calidad, con un alto grado de innovación para ajustarnos o incluso adelantarnos a las necesidades de los clientes, con los máximos niveles de protección ambientales del planeta, con uno de los menores consumos energéticos y con el mayor cuidado y protección de nuestros trabajadores a nivel mundial. Y de todo ello nos sentimos orgullosos. Seguros de hablar también en nombre de quienes “sacan” adelante la producción, aunque limitada, cada día; desde cualquiera de los departamentos que conforman nuestras plantas.
No obstante, en los últimos años, la competencia desleal y el bajo interés de muchos reguladores por la industria, en general, nos está convirtiendo, muy a pesar nuestro, en uno de los sectores con mayor repercusión mediática, al dejarnos frecuentemente a los pies de los caballos frente a la procedencia de otros aceros que no tienen tantos escrúpulos a la hora de mantener una producción cuidadosa, o cuentan con apoyos públicos difícilmente compatibles con un comercio justo. Cada vez nos resulta más complicado competir con un marco de juego tan increíblemente injusto.
Esta falta de interés se ha evidenciado frecuentemente no solo con el acero sino con otros sectores industriales que como el nuestro llevan décadas aportando empleo estable, formación y riqueza para nuestros países, regiones y pueblos. Las estadísticas demuestran que la industria es realmente quienes mejor “laminan” la crisis -parafraseando una tecnología de nuestro sector- si es que tras atravesar la ola, nos dejan salir a respirar.
Por ello, queremos lanzar una campaña de comunicación con el visual y sonoro hashtag, #SteelinEU. Somos un sector que todavía estamos en la Unión Europea (still in EU) y queremos seguir estándolo (Steel in EU). Queremos difundir como intentamos sobrevivir y prosperar en un marco político que no parece interesado en dejarnos salir a respirar, provocándose cierres de plantas, descensos de actividad, EREs, que nada tienen que ver con nuestros deseos y, lo que es peor, ni con nuestro potencial tecnológico.
Por ello animamos a todos los que sientan simpatía hacia nuestra eficiente industria siderúrgica en la Unión Europea -empresas siderúrgicas, proveedores, clientes, otras asociaciones, sindicatos o ciudadanía en general-, y a la eficiente industria europea en general, y que entiendan que cada tonelada de acero no producida aquí lo será en otro sitio, implicando pérdidas ambientales, económicas y sociales, a sumarse a nuestra campaña (#SteelinEU). Que nos apoyen en la difusión de mensajes, ideas o información que ayuden a que dirigentes relevantes y la opinión pública conozcan las dificultades actuales de la siderurgia en la Unión Europea, junto a nuestras capacidades y potenciales.
Y queremos que se vea el lado humano de nuestra industria además de su potencial tecnológico, esas personas que constituyen la “familia del acero”. Vamos por tanto a publicar historias reales de nuestros colegas, de los veteranos y de los que ahora inician su actividad siderúrgica. El acero lo hacen las personas que quieren seguir contribuyendo con su trabajo y esfuerzo en la riqueza y prosperidad de la sociedad española y europea.