Panorama general
No parecía posible que estallara una guerra tan cruenta y tan próxima a nosotros pero así ha sido. El saldo ha sido terrible en vidas pero además Rusia ha utilizado la energía como arma y la UE también se ha apoyado en la economía y el comercio a través de las sanciones. En estas condiciones parece extraño que España haya podido crecer un 5,5% en 2022, pero se debe principalmente al proceso que todavía estaba vigente de recuperación tras la COVID-19. Sobre todo la primera mitad del año se comparaba con un 2021 en el que hubo aún muchas restricciones y miedos. La segunda parte del año ha ido perdiendo este impulso, aunque en ningún momento ha llegado a la temida recesión.
El sector siderúrgico, sin embargo, mucho más afectado por el coste energético que el conjunto de la economía, sí ha sufrido un mal año en cuanto a volumen de actividad. La producción de acero ha retrocedido un 20% en relación con el año anterior hasta 10,5 millones de toneladas, el mismo nivel al que se bajó en la pandemia. Esta cantidad se reparte en 10,2 millones de toneladas de acero no aleado, 678 kt de inoxidable y 666 kt de otros aleados. En el último ejercicio se han laminado en caliente 10,9 millones de toneladas, cayendo también un 19% y con peor comportamiento de los productos planos que de los largos. Si miramos la evolución durante el año, la segunda mitad ha sido claramente peor y en sus dos trimestres se ha producido un descenso interanual del 24%
Las entregas han descendido el 13% hasta 11,9 millones de toneladas, la segunda cifra más baja de toda nuestra serie, con una pérdida similar entre planos y largos. El mercado donde se ha visto menos caída ha sido el español, en el que las entregas de nuestros asociados han descendido un 8,8%. Se han comportado esta vez mejor que el consumo aparente, que ha acabado 2022 con una pérdida del 4,3%, especialmente después de un cuarto trimestre muy débil. En este periodo ha caído un 14% anual y se ha consumido menos acero que en el tercer trimestre, algo que no es habitual. Así, aunque el año había comenzado en positivo, se ha acabado sufriendo una pérdida y el consumo ha quedado en solo 12,4 millones de toneladas.
Esta caída en el consumo aparente se ha generado a pesar de que los principales sectores que utilizan el acero están menos expuestos a la energía que el nuestro y han sobrellevado mejor la crisis. Nuestro índice del sector de la construcción ha crecido un 3% en 2022. El automóvil arrastraba malas cifras desde 2021 pero se ha recuperado en la segunda mitad del año y ha acabado creciendo un 7%. El consumo real ha evolucionado por tanto mejor que el consumo aparente por lo que se calcula que el año ha terminado con un deterioro generalizado de los inventarios.
A pesar de la caída de la demanda en España los proveedores de fuera de la Unión Europea han conseguido crecer en nuestro mercado. Las importaciones de estos países han crecido un 4,3% hasta 4,2 millones de toneladas, el valor más alto de los últimos 15 años. En cambio las importaciones desde la Unión Europea han bajado un 7%, en línea con el mercado. Así, el conjunto de las importaciones se ha reducido un 3%. Como resultado el superávit comercial se ha quedado en solo 102 millones de euros. En términos de volumen, por el contrario, existe déficit desde hace ya varios años y prácticamente se ha triplicado hasta 1,7 millones de toneladas.
Los elevados costes sufridos este año por la industria han afectado de manera importante a las exportaciones, que se han reducido bastante más que los mercados de destino: las dirigidas a países terceros han perdido casi la cuarta parte y se han quedado en poco más de 2 millones de toneladas. Nuestras exportaciones se van concentrando cada vez más en la Unión Europea, y en total han sido algo más de 8 millones de euros, un 14% menos que en 2021. Esta tendencia es un síntoma a tener en cuenta de los problemas que sufre el sector tanto en España como en Europa.
Producción
2022 debería haber sido el año de la consolidación de la recuperación posterior a la COVID-19. Sin embargo el estallido de la guerra en Ucrania ha modificado este panorama, agravando la crisis energética existente en Europa. Como resultado la inflación se ha disparado, lo que ha afectado a la demanda y la actividad industrial, especialmente en los sectores electrointensivos como en la fabricación de acero.
Con este entorno la industria siderúrgica española ha producido 11,5 millones de toneladas de acero bruto en 2022, lo que representa un descenso del 19,0% en comparación con 2021 y una pérdida de 2,7 millones de toneladas respecto a 2019. Durante el año la caída de la actividad has sido más fuerte en la segunda parte del ejercicio, con un descenso del 24% en cada trimestre, lo que se debe principalmente a la persistencia del desorbitado coste de la energía que también ha contribuido a la ralentización del consumo de acero en España en la recta final de 2022.
Calidades
En total se han producido 10,2 millones de toneladas de no aleado y 678 kt de inoxidable, lo que refleja un descenso del 19,8% y del 27,0% respectivamente. Durante el ejercicio la evolución de estas calidades ha sido similar, concentrando en el último trimestre la caída más intensa. En el otro lado de la balanza los otros aleados han crecido el 11,4 % hasta 666 kt, la cifra más alta de los últimos cinco años.
Laminados
En el caso de la laminación en caliente, la paralización de la actividad que ha provocado la crisis energética ha superado a la de la COVID-19. En concreto en 2022 se han laminado 10,9 millones de toneladas (-19,3%), la cifra más baja de la última década. Por segmentos, se han producido 3,5 millones de toneladas de planos (-24,9%) y 7,4 millones de toneladas de largos laminados en caliente (-16,3%).
Productos
El deterioro de la actividad ha sido similar entre los principales productos, con una caída en cada trimestre cada vez más intensa. De este modo se han producido en total 2,7 millones de toneladas de bobinas laminadas en caliente y 2,2 millones de toneladas de perfiles. Por el contrario el único ascenso se ha observado en las chapas gruesas (6,5%).
Entregas
En 2022 las entregas totales de productos siderúrgicos han retrocedido el 13,3% en comparación con el año anterior hasta algo más de 11,9 millones de toneladas. Esta cifra es la segunda más baja desde la crisis financiera y refleja el debilitamiento generalizado del mercado y del exterior en particular.
El descenso de las entregas ha sido similar en los tres primeros trimestres, con una caída de prácticamente el 11% en cada uno y de casi el 21% en el cuarto. El comportamiento ha sido equivalente tanto por mercados como por familia de productos, observándose las principales contracciones en el último trimestre del ejercicio. Como resultado en 2022 se han entregado en total 7,1 millones de toneladas de largos y 4,5 millones de toneladas de planos, lo que supone un descenso en cada caso del 14,3% y 13,0%.
Entregas domésticas
En 2022 las entregas domésticas han bajado el 8,8% en comparación con 2021 hasta 6,4 millones de toneladas, una de las cifras más bajas de los últimos años que contrarresta parte de la recuperación del año anterior y la tercera cifra más baja de los últimos diez años.
Entregas exteriores
El mercado exterior ha vuelto a protagonizar el descenso de mayor intensidad (18,1%), lo que se debe principalmente a la contracción del 27,6% del extracomunitario. A esta región se han destinado casi 1,7 millones de toneladas, la cifra más baja desde el estallido de la crisis financiera.
La Unión Europea ha absorbido prácticamente 3,8 millones de toneladas, lo que supone una bajada del 13,1% sobre 2021 que refleja el debilitamiento de la demanda industrial en ciertos mercados claves como Alemania (-13%), Francia (-15%) e Italia (-20%).
Productos
Por familias de productos el comportamiento ha sido similar, observándose en la recta final del ejercicio las principales contracciones. Como resultado en 2022 se han entregado en total 7,1 millones de toneladas de largos y 4,5 millones de toneladas de planos, lo que supone un descenso en cada caso del 14,3% y 13,0%.
Comercio exterior
En 2022 la persistencia de la inflación desatada por el desorbitado precio de la energía y la guerra en Ucrania ha desestabilizado el comercio siderúrgico internacional, con un descenso tanto de las exportaciones como de las importaciones mundiales de acero según las cifras de la OCDE. En España el deterioro de la actividad ha afectado más a las exportaciones, lo que ha deshecho la recuperación del año anterior ante las barreras comerciales que afrontan las empresas del sector. En el caso de las importaciones la disminución ha sido sólo del 2,5%, lo que se debe principalmente al incremento del 4,2% de los proveedores extracomunitarios tras alcanzar el nivel más alto de los últimos quince años.
Importaciones
En 2022 las importaciones en España de productos siderúrgicos y de primera transformación han disminuido el 2,5% sobre el año anterior hasta 9,8 millones de toneladas. La evolución ha sido mejor que en la producción, con un incremento del 2,5% en la primera mitad del año y un descenso más contenido en el segundo (-8,1%).
Este resultado se debe a la caída del 7% de las procedentes de la Unión Europea. De esta región han procedido 5,6 millones de toneladas, uno de los niveles más bajos de la última década, que refleja la pérdida de competitividad de los socios tradicionales derivada de la crisis energética. Por el contrario las extracomunitarias han subido el 4,2% hasta 4,2 millones de toneladas, cifra que ha batido el máximo de los últimos 15 años, lo que se debe al repunte de los orígenes asiáticos (+30,8%).
Los principales orígenes de las importaciones en 2022 han sido Francia (17% del total) y Alemania (11%), junto Italia, Portugal (9% en cada caso) y Turquía (7%). Las principales caídas se han observado en los socios europeos excepto Alemania (+3,3%). Por el lado de terceros los incrementos de Taiwán (28,4%), Japón (130,4%), China (35,1%) y Corea del Sur (42,8%) han compensado la caída del 38,3% de las procedentes de Turquía, lo que ha diversificado los orígenes de esta región.
Exportaciones
En 2022 las exportaciones españolas de acero y primera transformación han descendido el 14,3% en comparación con 2021 hasta 8,1 millones de toneladas, la cifra más baja de los últimos años descontando la paralización total del comercio mundial que provocó en 2020 la pandemia de la COVID-19. El ejercicio comenzó en tono positivo, si bien la caída de casi el 26% de marzo que provocó el parón de transportistas (una de las más fuertes del año) neutralizó el crecimiento inicial. Desde entonces el deterioro de la demanda exterior se ha ido intensificando, al pasar de una caída del 7,3% en el primer trimestre a la contracción superior al 20% en el tercer y cuarto trimestre.
Por mercados, el comportamiento ha sido similar. A la Unión Europea se han destinado algo más de 5,9 millones de toneladas (-10,1%), en línea con los volúmenes anteriores a la COVID-19. A terceros se han destinado 2,2 millones de toneladas (-24,0%, una de las cifras más bajas de los últimos 15 años.
En cuanto a los principales destinos, en 2022 no se han producido grandes modificaciones. Francia ha sido el principal mercado (22% del total), junto Portugal (15%), Italia (12%), Alemania (9%) y Reino Unido (6%). El descenso más intenso se ha producido en las destinadas a Francia e Italia (13,1% respectivamente), lo que contrasta con la estabilización de Portugal (0,6%).
En general el debilitamiento de la demanda exterior ha afectado a todos los principales productos. La de menor intensidad se ha observado en los más exportados, los perfiles estructurales, al caer un 10,8% y quedar en 1,8 millones de toneladas. En el otro extremo, el alambrón ha bajado prácticamente un 33% hasta 640,0 kt, mientras que el corrugado y los perfiles comerciales se han situado en un punto intermedio con un descenso del 17% y 16% en cada caso.