Acero y Sociedad

Sostenibilidad

La industria siderúrgica española se sitúa en la vanguardia por su comportamiento ambiental. La eficiencia en el uso de materias primas, agua y energía así como la reducción de las emisiones de CO2 y la valorización de los residuos del proceso son líneas estratégicas fundamentales del sector en materia de sostenibilidad. 

En materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, el sector prácticamente ha llegado al límite de lo que es posible con las actuales tecnologías y se asoma ya al futuro  con nuevos desarrollos tecnológicos. Desde 1970 el sector siderúrgico español ha reducido las emisiones de CO2 por tonelada de acero producida en más del 75%, y en los últimos 20 años la reducción fue del 50%. 

También el consumo de agua y los vertidos se han reducido drásticamente. Desde 1960, se ha reducido en un 95% el agua consumida, al reutilizarla en un ciclo cerrado. 

Cerca del 100% de los residuos y subproductos del proceso se valorizan por diversas vías. Las escorias, por ejemplo, se reutilizan principalmente como árido en la construcción de carreteras o la producción de cemento. Y la cascarilla de laminación se recicla casi al 100% como materia prima en la siderurgia integral, o para otros usos. El sector desarrolla diversos proyectos de I+D enfocados a descubrir nuevas aplicaciones para estos subproductos. 

El 100% de la producción española de acero se realiza hoy bajo sistemas de gestión medioambiental certificados ISO 14001 o EMAS. Alrededor del 4,5% de los costes de producción del acero corresponden a inversiones medioambientales y en los últimos diez años, la industria siderúrgica española ha destinado cerca de 70 millones de euros anuales a inversiones medioambientales.

El sector es pionero en el cumplimiento de normativa ambiental. Como ejemplo cabe citar el Proyecto REACH-acero destinado a facilitar en las empresas el cumplimiento del complejo Reglamento de Productos Químicos REACH y el Proyecto Sid-MIRAT que les permite una fácil adaptación a la Ley de Responsabilidad Ambiental. Además, ha sido uno de los primeros sectores para los que se han publicado las Conclusiones sobre las Mejores Técnicas Disponibles, que obliga a las empresas a cumplir antes de 2016 con los máximos estándares de protección ambiental existentes.

Actividad de UNESID

El Área de Medio Ambiente acompaña a las empresas que conforman UNESID en todo lo relacionado con la gestión de la sostenibilidad en las empresas a lo largo de distintos estadios de los proyectos o actividades de las mismas.

  • Participamos activamente en el proceso legislativo y de normalización, aportando la visión del sector desde las primeras fases del proceso legislativo y en los distintos momentos de su evolución sobre los principales retos, preocupaciones y necesidades del sector a nivel europeo, nacional e incluso regional. Identificar los riesgos y las oportunidades que las distintas iniciativas pueden conllevar.
  • Actuar de interlocutor con la administración para facilitar y homogeneizar la interpretación de requisitos ambientales.
  • Afrontar y cumplir los requisitos exigidos por la normativa en materia de sostenibilidad.
  • Adaptar las instalaciones y procesos a las mejores técnicas disponibles para la optimización de las operaciones.
  • Desarrollar proyectos específicos sectoriales en el área de sostenibilidad, como los Proyectos Sid-MIRAT y REACH-acero.

 

El Área de Medio Ambiente de UNESID trabaja de forma proactiva de cara a identificar posibles riesgos y oportunidades que nos ayuden a mejorar nuestras operaciones y hacer frente a los retos en materia de sostenibilidad a los que la sociedad deberá hacer frente. Con el fin de maximizar el impacto y la eficacia de nuestras actuaciones, actuamos como foro de intercambio de experiencias entre las empresas. Esto permite una comunicación activa entre las instalaciones siderúrgicas españolas a la hora de desarrollar e implantar mejoras ambientales, de modo que el avance hacia una industria sostenible y eficiente se lleve a cabo de manera coordinada.

Además, UNESID participa como portavoz del sector siderúrgico en la Comisión Técnica del Protocolo de colaboración sobre la vigilancia radiológica de los materiales metálicos y en su Grupo de Trabajo. Para ello se encuentra en contacto permanente con los diversos organismos públicos implicados, como el Consejo de Seguridad Nuclear y el Ministerio de Industria. UNESID impulsa y coordina la aplicación del Protocolo en España, promocionando a su vez la implantación de esquemas análogos fuera del territorio nacional.

 

Con el fin de limitar el calentamiento global por debajo de 2⁰C, a finales de 2019, las empresas que conforman UNESID se comprometieron a transformar las operaciones del sector para convertirse en un sector neutro climáticamente de cara a 2050. Dicha meta da respuesta a lo requerido por la sociedad en materia de cambio climático y se alinea con las directrices pautadas por el Acuerdo de Paris y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

El sector está trabajando activamente en la búsqueda de soluciones que permitan alcanzar dicho objetivo de forma temprana. El acuerdo alcanzado por la Comisión Europea a finales del mes de septiembre, en el que se limitan aún más las emisiones de cara a 2030 (pasando de un objetivo de disminución de emisiones de un 50% a un 55%, y con una referencia aún más estricta), hace presuponer que el plazo para la consecución del objetivo de neutralidad climática se verá reducido, especialmente para la industria.

La apuesta que hace el sector siderúrgico hacia un futuro de bajas emisiones está fundamentada en pilares sólidos: modelo de negocio sostenible, apuesta de una transición industrial innovadora e inversión bajo criterios de sostenibilidad.

El sector siderúrgico se ha propuesto ser parte de la solución al cambio climático. La contribución de nuestras plantas a la disminución de las emisiones de GEI abordan los siguientes aspectos:

  • La industria siderúrgica juega un papel fundamental en la consecución de los objetivos ambientales globales. Llevamos años proveyendo a todos los sectores económicos de un material clave en el desarrollo de tecnologías que contribuyan a la descarbonización de la economía (tanto de forma directa como indirecta).
  • El sector siderúrgico lleva años realizando considerables esfuerzos en la optimización de todos los procesos asociados a nuestras operaciones (tanto aguas arriba, en nuestras propias plantas, como en todas las operaciones aguas abajo de las mismas). Nuestros procesos de producción son grandes consumidores energéticos, por lo que la eficiencia energética juega un papel fundamental en lo que al uso eficaz del recurso y a la disminución de las emisiones asociadas a la misma se refiere. Por ello, se han realizado grandes inversiones para la sustitución de instalaciones por otras de mayor eficiencia, se han instalado tecnologías inteligentes que nos ayuden a controlar consumos y detectar y sustituir ineficiencias y se ha optimizado el uso de ciertos recursos como materias primas, sustituyéndolos por otros de menor huella ecológica.
  • Como ya se ha mencionado, la transición hacia una economía baja en carbono en la que el crecimiento este desacoplado de las emisiones debe estar fundamentada en cimientos sólidos tales como las nuevas tecnologías alternativas que lo faciliten. El sector siderúrgico cree que dicha transición no será alcanzable sin una promoción real (e inminente) de tecnología innovadora. Es por ello por lo que estamos trabajando en la búsqueda de las mejores tecnologías que puedan ser probadas a escala industrial. En los próximos años combustibles tales como el hidrógeno o materias primas alternativas como los pre-reducidos (entre otras) obtenidos a partir de fuentes energéticas no emisoras formarán parte de nuestro día a día en la búsqueda de la fórmula que nos lleve hacia la neutralidad climática.

Por todo ello, consideramos que los pasos que estamos dando en materia de prevención y minimización de emisiones GEI, junto a una regulación sólida y justa, nos permitirá poner en marcha tecnología y prácticas escalables a otros sectores industriales intensivos en carbono y países con menor ambición en materia de cambio climático, contribuyendo de esta manera a una descarbonización global de la industria.


El sector siderúrgico está considerado como actividad IPPC (del inglés Prevención y Control Integrados de la Contaminación). De cara a contribuir positivamente en la prevención y el control de la contaminación, desde UNESID llevamos años recopilando datos sobre nuestras instalaciones que ayuden a la definición de límites de emisión y al diseño e implantación de tecnología que favorezca la mejora ambiental de nuestros procesos.

Además de facilitar el establecimiento de las medidas necesarias, la industria también centra sus esfuerzos en el  minucioso análisis de las posibles implicaciones de las medidas propuestas, de cara a cooperar con las administraciones a distintos niveles favoreciendo un debate en el que las necesidades, viabilidad, expectativas, retos y posibles dificultades sean tratados y solventados eficazmente desde el inicio.

La circularización de la economía tal y como la conocemos es uno de los ejes de actuación principales marcados por la Comisión Europea. Los modelos económicos deben pasar de lineales (extracción, fabricación, utilización y eliminación) a circulares (alargamiento de la vida útil de los materiales para reducir su obsolescencia y reintroducción de las materias en cualquiera de las fases del ciclo de vida de ese o de otros productos).

El sector siderúrgico juega un papel fundamental en la circularización de todos los sectores económicos. Las características fundamentales del acero (reusabilidad, reparabilidad, reciclabilidad y reciclado, durabilidad, reprocesabilidad y resistencia), junto con su extenso uso en todo tipo de equipos y utensilios a lo largo de todos los sectores económicos, hace que el uso de un material duradero y recirculable facilite y favorezca la circularización de los sectores en los que se utiliza.

Además, nuestro sector está enfocado en la optimización del consumo de recursos para producir acero de la forma más eficiente y con el menor impacto posible. Por ello, gran parte de la producción de acero a nivel nacional proviene del reciclado de residuos (en mayor medida chatarra). En torno al 80% de las materias primas que introducimos en nuestros hornos de fusión son residuos, que junto a un uso eficiente de la energía necesaria, dan lugar a aceros de calidades óptimas para cada uso.

Dentro del proceso continuo de optimización de nuestras actividades, el sector está realizando ensayos de uso de pre-reducidos obtenidos a partir de fuentes energéticas no emisoras, con el fin de probar la contribución que estos materiales tendrán en lo que al uso de materia prima y energía se refiere.

Asimismo, los residuos generados en nuestros procesos de producción, son segregados y valorizados en toda su extensión. Promovemos el uso de las diversas materias primas secundarias (que deberían denominarse materias primarias) obtenidas como subproductos en nuestros procesos de producción del acero, tales como las escorias, cascarilla, refractarios, lubricantes, polvos de acería, etc. Cabe mencionar que gran parte de dichas materias secundarias son reintroducidas como materias primas en nuestros propios hornos y otra gran parte derivadas a actividades tales como la construcción (carreteras, escolleras, cementos), fertilizantes y otra gran cantidad de usos que el sector lleva desarrollando durante las últimas décadas.

 

  • Expediente de Escorias

El Ministerio de Medio Ambiente realizó un requerimiento a UNESID para que dividiera en dos el expediente de clasificación de las escorias siderúrgicas como subproductos, uno para usos ligados y otro para usos no ligados. UNESID ha trabajado intensamente en esta cuestión, Medio Ambiente y Economía Circular contando con el apoyo de una consultora especializada. La documentación fue presentada en plazo y forma, sin embargo, el Ministerio está retrasando el expediente debido a falta de recursos por lo que lo más probable es que la resolución se retrase hasta finales de 2019.

  • Proyecto ASES

Acorde con los principios de la Economía Circular, el sector siderúrgico ha iniciado un proyecto destinado a promover el empleo de árido siderúrgico en mezclas bituminosas en la obra pública. Además, contará con un procedimiento de homologación de las canteras siderúrgicas (acería + planta de procesamiento) capaces de alcanzar las condiciones de calidad necesarias, lo que proporcionará garantías a los prescriptores.

  • Firma del Pacto por la Economía Circular

El 100% de la producción de acero y varias empresas de primera transformación firmaron en 2017 el Pacto por la economía circular del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA). UNESID fue uno de los impulsores y firmantes iniciales del pacto, promovido por el MAPAMA y el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO) con el objetivo de implicar a los principales agentes económicos y sociales en la transición hacia un modelo de economía circular.


La producción del acero alcanza grandes temperaturas. La refrigeración del acero es un aspecto que debe ser controlado al detalle para asegurar la calidad óptima de cada tipo de acero producido. Por ello, el agua, utilizada mayoritariamente para mantener bajo control nuestros procesos que se llevan a alta temperatura o definir la estructura interna de los aceros que producimos, es un aspecto clave de nuestro proceso de producción.

Un reto que se está comenzando a desarrollar, además de la mitigación al cambio climático, es el de la adaptación al mismo. Se prevé que el entorno en el que operan nuestras instalaciones cambie. El acceso a fuentes alternativas de agua, se está convirtiendo en una necesidad. Debemos, primeramente, reducir el consumo de recursos hídricos al máximo, algo al que la siderurgia de nuestro país ya está acostumbrada, dado el régimen hídrico en el cual nos encontramos. Disponemos de las plantas más eficientes de Europa en materia de optimización de recursos hídricos, con sistemas avanzados de recirculación de agua y optimización de consumos.

Es nuestro deber posicionarnos como un sector dispuesto al consumo de agua regenerada urbana. Con ello nuestra interacción con el entorno local se verá enraizada, generándose un beneficio mutuo. Cabe destacar que nuestras plantas, grandes generadoras de riqueza local, han constituido un importante polo de atracción poblacional, siendo frecuente que se encuentren en el entorno próximo de núcleos poblacionales importantes que permiten esta sinergia.

Con el interés creciente por la sostenibilidad en todos los ámbitos económicos, surge la necesidad de inversión sostenible. Pero la definición (o falta de ella) de lo que se entiende por inversión sostenible y lo que no, supone uno de los grandes problemas retos a los que deben hacer frente para poder comenzar a dar pasos sólidos en la consecución de los objetivos de gran escala definidos.

UNESID está liderando los esfuerzos, tanto a nivel nacional como europeo, para asegurar que las medidas propuestas en lo relativo a la taxonomía (requisitos para inversiones ambientalmente sostenibles) son razonables e incluyen la realidad actual y futura de nuestro sector.

UNESID da soporte a sus asociados en el cumplimiento del Reglamento REACH con el fin de mejorar la protección de la salud humana y el medio ambiente contra los riesgos que pueden presentar los productos químicos. Nos centramos en identificar, hacer entender y ayudar a implementar los requisitos de recopilación y valoración de la información sobre las sustancias químicas utilizadas.

En la actualidad estamos centrando nuestros esfuerzos en las áreas de replanteamiento de la clasificación del cobalto y autorizaciones de cromo hexavalente y plomo. Además, también estamos trabajando activamente en  los expedientes de escorias, promoción de su uso como fertilizantes y en los nuevos requerimientos REACH/CLP, tales como la nueva base de datos SCIP (del inglés Sustancias Preocupantes en Productos).

UNESID participa como portavoz del sector siderúrgico en la Comisión Técnica del Protocolo de colaboración sobre la vigilancia radiológica de los materiales metálicos y en su Grupo de Trabajo.

Con el fin de tratar de evitar que se puedan producir incidentes como consecuencia de la existencia de material radiactivo en los materiales metálicos que se reciclan, en noviembre de 1999 se firmó un “Protocolo de colaboración sobre la vigilancia radiológica de los materiales metálicos” entre el entonces Ministerio de Industria y Energía, el Ministerio de Fomento, el Consejo de Seguridad Nuclear, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA), UNESID y la Federación Española de la Recuperación (FER), al que, posteriormente, se han adherido la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras, la Federación Estatal del Metal, Construcción y Afines de UGT, la Asociación Española de Refinadores de Aluminio (ASERAL), la Unión Nacional de Industrias del Cobre (UNICOBRE), la Unión de Industrias del Plomo (UNIPLOM) y la Federación Española de Asociaciones de Fundidores (FEAF).

En este Protocolo se establecen una serie de compromisos y actuaciones a llevar a cabo por cada una de las partes firmantes y por todas aquellas empresas que a él deseen adherirse, con el objeto de garantizar la vigilancia radiológica de los materiales metálicos y la gestión de los materiales radiactivos que sean detectados en éstos, o que se puedan generar como consecuencia de un incidente.

Para ello, UNESID se encuentra en contacto permanente con los diversos organismos públicos implicados, como el Consejo de Seguridad Nuclear y el Ministerio de Industria. UNESID impulsa y coordina la aplicación del Protocolo en España, promocionando a su vez la implantación de esquemas análogos fuera del territorio nacional.

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