La descarbonización es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sector del acero en la actualidad. No solo estamos hablando de la necesidad urgente de reducir las emisiones CO2, sino también de transformar completamente uno de los sectores más importantes de la economía global.
Un desafío de tal magnitud requiere #innovación y formación a todos los niveles. La búsqueda de formas más sostenibles de producir y emplear el acero conlleva la generación de nuevas tecnologías y procesos, así como la colaboración con otras empresas, sectores y disciplinas, para desarrollar e implementar soluciones innovadoras. Las nuevas competencias que los equipos de trabajo requieren abarcan ámbitos tan diversos como el análisis del ciclo de vida, la robótica, el análisis de datos, las nanotecnologías, la economía circular y la metalurgia 3D, todos ellos áreas que evolucionan a un ritmo acelerado en base a las nuevas necesidades de las personas y del planeta. Un día como hoy, #21abril “Día Internacional de la Creatividad y la innovación”, pone de manifiesto el reconocimiento mundial a la innovación como eje esencial para aprovechar el potencial económico de cada nación y la importancia de apoyar el emprendimiento, la imaginación y la creatividad para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La igualdad, palanca de innovación
Para potenciar la innovación, debemos contar con aquellos profesionales que tengan las competencias, las habilidades y el liderazgo necesarios en esta transformación. Y aquí nos encontramos con el segundo gran reto de nuestro sector y de la industria en general: atraer al talento femenino.
A pesar de que las mujeres son la mitad de la población mundial, siguen estando subrepresentadas en muchos sectores STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). El alumnado femenino supone un 34 % de las matrículas en carreras técnicas y científicas en la Unión Europea, valor que en España disminuye hasta el 30 %. De esta cifra, el mayor porcentaje elige carreras relacionadas con el cuidado, como la enfermería, la biomedicina, la medicina o la biotecnología.
En nuestro caso, el sector siderúrgico emplea a una mujer por cada 10 trabajadores. Si ponemos el foco en los órganos de decisión, tan solo un 16 % de los puestos ejecutivos están ocupados por mujeres. Estos índices, que reflejan la realidad heredada de un sector históricamente masculino y poco atractivo para las mujeres, están cambiando por dos razones: la presencia cada vez más activa de la mujer en el ámbito laboral y las ilimitadas y cambiantes necesidades técnicas derivadas de un sector en plena revolución industrial. La igualdad de oportunidades es un elemento esencial en la cultura de cualquier Organización y supone un facilitador crucial para que la innovación surja de forma natural en equipos más plurales.
Una oportunidad, una responsabilidad
Para lograr una mayor presencia de la mujer en el entorno industrial, especialmente en áreas técnicas y de liderazgo, se deben seguir impulsando iniciativas que den visibilidad a referentes femeninos. En marzo participé en el foro «#MujeresDeAcero, el puente hacia la Descarbonización», gracias al cual Unesid reunió por primera vez a representantes de las principales siderúrgicas del país en torno al papel de la mujer en el sector, y lo considero un claro ejemplo de hacia dónde debe encaminarse la cultura corporativa industrial. Definitivamente es un ‘win-win’: un equipo más diverso supone nuevos enfoques y puntos de vista, es decir, podría tener un gran impacto en términos de #innovación y competitividad.
La descarbonización del sector del acero no solo es un gran reto, sino también una oportunidad histórica para impulsar un cambio hacia una industria más diversa, innovadora y sostenible. Trabajadores y trabajadoras compartimos la responsabilidad de crear soluciones innovadoras y sostenibles que nos permitan crear “la siderurgia del mañana”.
