El pasado 28 de abril, Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, se convirtió en una jornada insólita para España: un apagón eléctrico sin precedentes paralizó todo el país. En medio del caos, industrias como la siderúrgica respondieron con eficacia, activando protocolos de emergencia que funcionaron a la perfección. Esta experiencia nos obliga a reflexionar sobre la seguridad energética y la necesidad de infraestructuras sólidas. Y sí, mi querida radio analógica fue, una vez más, un recurso valioso e insustituible.
El lunes pensábamos que el 28 de abril de 2025, #28PRL, “Día Internacional de la seguridad y salud en el trabajo”, sería un día más de homenaje y sensibilización con los riesgos laborales y el trabajo seguro. De hecho, el pasado jueves 24 de abril, UNESID organizó un streaming #MujeresDeAcero: El puente hacia la salud y el trabajo seguro” precisamente para conmemorar este día.
Imagino que fue así en cualquier lugar del planeta, pero no en España que, en torno a las 12:30 h. de la mañana, quedó paralizada por un apagón eléctrico jamás ocurrido en su Historia. Con ello se paralizó toda la península ibérica. Un corte de suministro eléctrico que, en un primer momento, parecía algo local e insignificante en poco tiempo adquirió una magnitud sin precedentes en la historia de España. Por primera vez, eso sí, ¡toda España estaba unida en la oscuridad! De punta a punta del mapa, nos encontrábamos juntos ante el hecho de no disponer de corriente eléctrica en ninguna parte del país. No funcionaba nada: semáforos, ascensores, conexiones a internet, electrodomésticos, calefacciones y aires acondicionados… Todas aquellas cosas que forman parte del día a día, y a las que no prestamos atención, pero sin las cuales nos dimos cuenta de la enorme dependencia que teníamos y que las sociedades desarrolladas del siglo XXI no podríamos vivir sin ellas.
El desconcierto, la incertidumbre y el caos, precedieron a la desesperación e incluso a dramáticas situaciones vividas, según pasaban las horas, y la luz no volvía. Mientras tanto, cientos de industrias en España, entre ellas, la siderúrgica electrointensiva, enmarcada además, como actividad peligrosa dentro del anexo I del RD de los Servicios de PRL, fueron abordando y gestionando la situación con determinación y seguridad. Se activaron protocolos de emergencia y seguridad con éxito total en las evacuaciones del personal, especialmente de gruistas, o bajada de cargas suspendidas, funcionaron los equipos electrógenos para poder mantener el acero líquido en el horno y se activaron todos los generadores de emergencia, que permitieron acabar los procesos que estaban en marcha y el mantenimiento de instalaciones auxiliares vitales para poder retomar la actividad y evitar daños en las instalaciones y a las personas. Asimismo, se aprovechó la jornada para hacer otros trabajos, como las labores de mantenimiento y limpieza. La resiliencia del sector siderúrgico fue absoluta y rápida. Funcionaron todos los sistemas y protocolos de seguridad de nuestras plantas eficazmente. ¡Gracias a todas las personas empleadas en la siderúrgica por hacerlo posible! #CulturaPreventiva.
Lamentablemente, en toda esta situación no podemos aún determinar el volumen de afectación y pérdidas económicas y materiales, que se han producido: desde defectos de fabricación y mecanizados, averías de dispositivos electrónicos, máquinas y todo lo que conlleva volver al reinicio eléctrico en condiciones seguras de nuestras instalaciones.
Esto nos lleva a que es imprescindible el análisis profundo de las causas y la puesta en marcha de medidas concretas para prevenir que vuelva a ocurrir un evento como este. Si finalmente se concluye que el motivo ha sido la falta de suministro de energía de las renovables, el mantenimiento de la generación nuclear es fundamental para el sistema. Una situación como la vivida el lunes, acarrea enormes riesgos personales y humanos que se han solventado en esta ocasión sin víctimas, pero también deben tenerse en cuenta, las pérdidas de producción, inactividad, averías, así como el daño a la imagen de España como un espacio seguro para invertir y, por supuesto, para trabajar.
No quiero acabar estas letras sin poner en valor un “dispositivo de última generación” que funcionó a las mil maravillas, “mi transistor”, con la cual escucho las noticias, al salir de la ducha y sobre la que recaen todo tipo de “guasas” por parte de mis queridos hijos, nativos digitales. Gracias a mi querida #radio con sus dos pilas, no sólo pusiste a los nativos digitales en su sitio, dándose cuenta de la importancia de lo analógico, sino que, pudimos seguir las noticias todo el día y estar en contacto el maravilloso medio de comunicación “de toda la vida” como es la #radio. La radio realizó una labor inestimable de servicio público en condiciones muy difíciles, informando todo el día a los ciudadanos españoles que, por primera vez, estuvimos ¡unidos en la oscuridad!
Valga con esto un homenaje a la “la radio”. Simplemente, gracias por existir…